Mía es la herida, tuyo el verso. (Gloria Fuertes).


A veces ocurre, que a las letras les entra el frío; que las Collalbas, siguiendo su instinto, levantan el vuelo y se dirigen hacia lugares más cálidos.

Llegué aquí para hablarte de mis latidos y mis infartos, de mis flores, de mis paraguas, de mis “ahora”, de mi maleta, de mí… De mis bucles y mis líneas, en definitiva.
Hoy siento que este espacio pertenece ya más a la muerte que a la vida, que ha llegado el momento de dejarle morir.

Cierro la puerta agradecida a todos los que habéis entrado, a los que os habéis quedado conmigo compartiendo ese agradable olor a café recién hecho y a los que habéis sabido, sin duda, sentirme entre líneas. 
Gracias, de corazón.


Solo espero que, mientras los años siguen envejeciendo, este blog se impregne de ese olor a cerrado tan característico de las tumbas. Que así sea.







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