Levedad



Allí donde nunca estuve, 
donde las flores crecen boca abajo 
y el éxodo de las alas toma el rumbo 
de la quiastolita que asoma por mi escote, 
crece una conciencia desnuda que 
en una coordenada imposible, 
acontece, inhóspita
al nacimiento de catedrales góticas 
que nunca dejarán de ser romanas.

Donde los placeres imposibles 
se tienden al sol
llueven, cada día, 
virutas incisivas que se consumen 
antes de tocar el suelo
para permanecer suspendidas sobre un busto 
sin gesto ni identidad que, 
sonriendo, mira hacia arriba y deletrea su nombre.

Desde esta ventana a la que han despojado 
de paredes a las que agarrarse, 
se abren de par en par los sentidos que susurran que, 
a ese lugar donde nunca estuve
volveré.





¿Desde cuando has dejado de codearte con las fronteras? 
Allí se guarda en un frasco el cielo infinito 
y también a quien logra tocarlo.


2 comentarios:

  1. Es que es muy bonito Geminina, es muy bonito leerlo.

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    1. Mucho más bonito es escribirlo...
      No me canso de darte las gracias, por leerme tanto!!!

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