Desde la ciudad de los coches gris plata



Desde la ciudad de los coches gris plata
se reconcilia con los príncipes reconvertidos en sapos
y cavila si emigrar de ese cuerpo que se olvidó de dar abrazos
u ondear a media asta su descalabro.

Sentado al borde de la desgana
y con la piel suspendida de un banco sin patas
se tambalea, trémulo
antes de rendirse al último pálpito.



Era un miércoles de Otoño
cuando el corazón se lanzó al vacío
arrancándose las venas resecas de antipatía
y prescindiendo de un cuerpo desfigurado.

Se fue preso, deshidratado
y para cuando quiso volver al zaguero latido
el pasado se había disuelto entre los charcos.
Era viernes, el día que dejaron de amanecer las mañanas.






















No irá muy lejos –pensó el cuerpo-.
Volverá.
O no?
Acaso en el corazón no caben dos vidas?


Adivinó una silueta entre la humedad de sus ojos
y quiso tenderle la mano.
-Quiero-.
Pero, donde están mis brazos?


                                                     

4 comentarios:

  1. ¿De donde sacas la profundidad? ¿Y la superficialidad necesaria para que leer algo tan profundo sea tan liviano?
    Espectacular.
    Tu incondicional.

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  2. Cuando "sientes" mucho y con mucha intensidad tienes una fuente de emociones que necesitas estornudar. A veces consigo recoger el agua que rebosa y guardarla en un blog, otras veces se me escapa en la riada y queda sólo para mi, en la memoria.
    Ya no se qué decirte ni cómo, requetegracias!

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  3. Estas que te sales...!!! Gracias por seguir inspirándote en el día a día y transmitiendo tus percepciones, olores, sabores y sinsabores. :D Cuando en inglés?!?! jejejeje es para que vayas practicando para cuando vengas a verme!! :) Besos guapa!!

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    Respuestas
    1. Menudo reto!
      Casi prefiero hacerlo al revés, pasarme por allí primero y dejar que me llegue la inspiración después, que será multifrutas seguro... Así no hay disculpa.
      Nos vemos, Paula!!

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