Mi camisa de fuerza


La camisa transparentaba hebras del color del fuego
quemadas por la intuición
y de los flecos contextuales colgaban los pretextos
anudados hasta entonces al adhesivo de su vestidor impío.

En un suicidio perezoso
cayeron los botones sobre una página en blanco
llena de cenizas desparramadas por las lágrimas
que jamás lloré.





Así muero y, desnuda, vuelvo a nacer.




6 comentarios:

  1. Quizá esa sea la única forma de estar viva, dejando que mueran partes para después volver a nacer...
    Preciosa!

    ResponderEliminar
  2. Es la única forma de deshacerse de la falta de inspiración y aprovecharla cuando llega renovada.
    Gracias por pasearte por aqui.
    Millones de....

    ResponderEliminar
  3. Es como aquella mochila llena de ilusiones que alguien me dijo que nos daban al nacer. Se vacía muchas veces durante la vida para poder rellenarla con otras menos gastadas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa mochila que, cuando pesa tanto hay que vaciar y cuando está vacía hay que llenar. El caso es que siempre la llevamos a la espalda; unas veces llena, otras vacía, a días medio llena o medio vacía pero, sea como sea, es inherente a nosotros.

      Eliminar
  4. Esa frase, este pensamiento lo tengo que convertir en algo. Lo tengo dentro. La mochila de las ilusiones. Por algo pasas de ser escritora a musa, porque lo haces, que lo sepas.

    ResponderEliminar
  5. Uy...Musa son palabras mayores...
    Ya estoy esperando a leerte, a ti y a esa mochila...no tardes!

    ResponderEliminar