Déjame




Déjame…
Que casi sin rozarte me deslice por tu frente con mis dedos asustados y me detenga, temblorosa, para tantear tus párpados, acariciar tus ojos cerrados… y dibujarlos.

Libérame…
Cuando descubro un atajo y con el meñique a un lado me agarro, con mucho cuidado, a tu inquieta nariz. Y al ritmo al que tú respiras yo me lanzo a la puerta de salida de un suspiro que se te escapa, que me duele y te relaja. Y así te cruzo de puntillas y me acerco a tus mejillas, que se alzan agradecidas.

Sonríeme…
Ahora que curvas la boca, que yo recorro tus labios con las yemas de dos dedos, o a veces sólo con uno…

o a veces sólo te observo.







No hay comentarios:

Publicar un comentario