Laurel y trigo

Por la angosta vereda trashuma
descalza
la arruga del alma
Cuelga de su hombro
sin ganas
la funda aterciopelada
que da asilo a sus pisadas
Al tiempo que la horma de su zapato
nómada como la esperanza
deambula en dirección contraria.

En un cruce de caminos
un entresijo de asfalto y trigo
la estanca
Y sin pensarlo zigzaguea
cortando espigas de seda
que caen sobre el hormigón
Sangrando los pies aceleran
el viento en contra la ciega
pero es a escondidas la brea
quien le da ojos al corazón

Desde la colina más alta
el sabedor ya atisba la estampa:


Un puño de victoria y trigo
que alzándose sobre el asfalto
parece apuntar al Sol.

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