Mamífero

Puede ser.
Que jueguen entre ellos y te descubran una imagen de haces y sombras única, que nunca nadie más verá. Sólo tú.
Y la felicidad, en ese instante, sea casi insoportable.
Tal vez, sea éste, lugar encantado, el que embelesa tu alma, incitándola a reposar mientras se agitan inquietos tus pies.
Y sudes por los poros las toxinas de lo vano, y te calces así más ligera.

¿Acaso no existirá otro momento donde a esa nube la mezca esta cuna vasta y gris, y la atravieses a ciegas, para que tus oídos conquisten el otro lado?
Quizá en un alud de sensaciones percibas el vértigo de la brisa atravesándote las palmas de las manos y saborees, sin impurezas, el abismo de lo obsceno.

¿Y si te impresiona esa silueta solemne que aguardaba, en espera de abalanzarse sobre ti, cuando se esconde la luz?
Como ayer… que tras un baño de espuma blanca me acostaba oliendo a las gencianas que crecen en su balcón, mientras el cielo se tornaba violeta.





Puede ser, que embotelles en tu retina ese espectáculo
y la vivas
y la ames
como cuando te vas, 
en el recuerdo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario